Refrendadas por los skaters de finales de los años 70, las Vans Old Skool no son únicamente santo y seña de los amantes de la tabla urbana. Un vistazo rápido a los best sellers de la página web oficial de Vans nos es suficiente para confirmar que es el modelo más vendido de la marca deportiva californiana. Además, formaron parte del top tres en el ranking de las zapatillas más vendidas en España en 2019. A un precio de 75 euros cada par, ¿dónde reside el éxito y longevidad de este modelo?
Las más de cuatro décadas de historia que cargan las Vans Old Skool a sus espaldas demuestran que su legado es sinónimo de atemporalidad -sobre todo si tenemos en cuenta que su popularidad se mantiene imbatible en una industria sneaker saturada de innumerables lanzamientos semanales-. En negro, con su característica banda lateral blanca y la archiconocida suela Waffle (es decir, con dibujo de gofre), las Vans Old Skool son sinónimo del minimalismo más alucinante y streetwear, uno de los motivos que mantiene su éxito en línea este 2020.
El origen de este par data del año 1977, tan solo 10 años después de que los hermanos Paul y Jim Van Doren fundaran Vans, otrora The Van Doren Rubber Company. Si tenemos en cuenta que sus creadores eran hijos de una costurera y un inventor, tiene todo el sentido del mundo, ¿verdad? Todo queda en familia…
La idea de los Van Doren residía en repetir el éxito de las Authentic, el primer modelo de Vans que comenzó a invadir escaparates en la ciudad de Anaheim a finales de los sesenta, a hacer que el nombre de la marca comenzara a extenderse como la pólvora y, de manera más implícita, a esculpir la tradición skate de la marca, todavía presente a día de hoy -aunque mucho más diluida por su carácter mainstream-.
Tras comenzar la conquista de las pistas de patinaje del sur de California, Paul y Jim deciden darle una vuelta a su modelo más sencillo e incorporarle una característica que, si bien su función era puramente técnica y en pro de mejorar la calidad del calzado, se ha convertido en toda una insignia en el culto sneaker: la banda lateral de cuero en color blanco.
Este sidestripe tan característico de las Vans Old Skool, al que Paul se refería al principio como jazz stripe, se introdujo en el entonces llamado Style 36 o #36 con la única intención de mejorar la durabilidad y resistencia de una deportiva hecha para funcionar a pleno rendimiento (tanto encima de la tabla de skate como fuera de ella).
Sin embargo, este garabato pasará a ser concebido como el símbolo más identificativo de Vans, el cual se implantará también en la superficie de las Sk8-Hi de 1978 -al uso, unas Old Skool de caña alta acolchada- y supondrá el despegue de Vans a la fama internacional.
Imbatibles al paso del tiempo, las Vans Old Skool han demostrado ser las zapatillas de la personalidad múltiple. Para empezar, porque el modelo en negro con la banda lateral blanca, el más conocido, pasó de ser la única opción disponible a una alternativa más en el mercado tras la comercialización de este mismo modelo en una infinidad de combinaciones cromáticas. Por si fuera poco, este ejemplar se incorporará en octubre de 2004 al Vans Customs, servicio online ofrecido por la marca urbana que permite un diseño de la deportiva a medida.
Además, las Old Skool también han corroborado la influencia del streetwear en las firmas de moda más selectas del mundo: en Marc Jacobs y Alyx a golpe de colaboración y en las pasarelas de Off White y Dior Men, por enumerar algunos ejemplos. Sin mencionar, claro, la colaboración entre Vans y Supreme del año 1996, en la que las Vans Old Skool se reconvirtieron en un trofeo digno de sneakerhead.
Que una ristra de famosos y referentes las hayan calzado a sus pies a lo largo de los años no han hecho más que confirmar su poder sobre el asfalto internacional. Y es que si una zapatilla ha logrado conquistar a personalidades tan contrapuestas como Kanye West, Harry Styles, Tyler, The Creator, Brooklyn Beckham, Justin Bieber y Frank Ocean, es porque no son unas cualquiera.
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